viernes, 14 de diciembre de 2012

Perros y gatos


No comprendían su naturaleza. No sabían porqué, pero de pronto un gruñido y un zarpazo surgían al verse. No recordaban en su limitada memoria el antiguo motivo de aquella disputa, de ese no poder verse. Cuando menos acordaban, uno lanzaba arañazos y el otro, dentelladas violentas con ganas de triturar.


Kosobo republic
César Navarrete Vázquez
Para perros y gatos resultaba un enigma su naturaleza. Sin embargo, aquella ocasión, cuando las calles que habitaban de pronto se transformaron en un campo de batalla. Vieron niños mutilados, mujeres inertes y ensangrentadas sobre el pavimento, hombres matándose entre sí, destrozándose por algo insignificante; y entonces se sonrieron por primera vez y restregaron sus cuerpos cariñosamente como dos bachilleres enamorados. Los hombres, en cambio, en un oscuro grito de guerra desdeñaban ese maravilloso milagro.

Mientras unos ladraron por el odio de no comprenderse ni a sí mismos, mientras que otros, agónicos, maullaban por la frustración de verse reflejados en sus enemigos.


Marcos Rodríguez Leija
Nuevo Laredo, Tamaulipas

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