martes, 1 de noviembre de 2011

Celebración de Año Nuevo

Para Jaime Sedano, en recuerdo de las largas autopistas y la velocidad
que el café inyecta a las teclas en la madrugada


¿Recuerdas cómo fue?

yo estaba medio ebrio,

lo suficiente para invitarte a robar en un

supermercado

y después correr aprisa,

el corazón palpitando aceleradamente;

después nos detuvimos en una calle oscura

para besarnos

y reír

Hablamos largamente

y yo toqué con un dedo el borde de tu boca

te pedí silencio

Bebimos cerveza

(sabio cáliz)

y eso te pareció excitante

Hice todo por complacerte:

una bella cogida contra la pared

en el callejón sin luz

donde nos conocimos

el pene erecto

hinchado y feliz

tus nalgas endulzadas y apretadas

la ropa cayó al cielo,

como pétalos

y yo nunca dejé de acariciarte

Pero llegaron los que cuidan el orden,

(en grupo) mecánicos y uniformes,

con un mismo rostro.

Después lo previsible:

cuerpos apresados, enlazados, espaldas desnudas

manos horrorosas acariciándote,

miradas de extravío y dolores al moverse,

voces en la celda de al lado,

manos en las heridas ardorosas,

hasta que lo rojo forme un charco y tome

su cauce entre los ladrillos

Espero que algún día de año nuevo me busques

y podamos nuevamente,

correr donde los habitantes vagan

insatisfechos en la noche, desnudos espectros buscándose

Entre sí en el silencio.


Agustín Azcona Hernández


Desnudo femenino, David Rosales (2004)

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