I
Jornada
Atardece en tu cuerpo…
mujer poblada de mujeres y de niños,
mujer de hombres ebrios que partieron
hartos de tus extensas palabras calurosas
y de tu piel que nunca alivia el hambre.
Atardece en tu cuerpo…
y una parvada de uñas
se posa en tus senos:
pichones pardos y ruidosos
que erosionan tus aureolas,
que mutilan tus pezones.
Atardece en tu cuerpo…
y va y viene mi lengua lentamente,
guiada por tus dedos,
como un buey dócil
que trabaja entre tus piernas.
Sergio Osorio
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