Esta mujer oculta el peligro
en sus pechos,
recorre sus piernas de tierra virgen,
incorpora sus dedos a la fecundidad
que ofrenda su cosmos,
memoria bruja que abre
las puertas al deseo húmedo de la noche.
III
Noche,
abuela que se acomoda en el cabello
las flores de los muertos,
les canta su canción de abandonados,
abre la tierra,
lame los huesos roídos por la indiferencia,
se sienta en las tumbas y espera.
Mar Ruiz
Ixchel Rivera Bribiesca |
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