lunes, 20 de diciembre de 2010

Del deseo




IX
¿Y por qué deberías desear  mi alma
en tu cama?
Me dice palabras líquidas, deliciosas, ásperas
obscenas,  porque eso era lo que nos gustaba.
Pero no le mentí  gozo del placer de la lascivia
Y no omito que el alma está además, buscando
a aquel otro. Y te repito: ¿por qué deberías
desear mi alma en tu cama?
Alégrate de la memoria que hay en los coitos y los aciertos.
O tiéntame de nuevo. Oblígame.


Hilda Hilst (Sao Paulo, 1930) traducción Alberto Trejo
Do desejo 2007, Sao Paulo, Editorial Globo. P 25

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