lunes, 17 de diciembre de 2012

A nuestros colaboradores y lectores:


Río Arriba nació como un proyecto editorial dedicado a la difusión de la literatura y obra gráfica de autores jóvenes o de corta trayectoria que cuentan con pocos foros para mostrar su trabajo. El medio que durante dos años ha cumplido a cabalidad ese propósito es la Gaceta Río Arriba de distribución gratuita, donde han publicado decenas de autores en miles de ejemplares distribuidos en la Ciudad de México y en algunas ciudades del interior, gracias a la solidaridad de instituciones y amigos del proyecto.

Por otra parte, Río Arriba se propuso llevar a cabo una labor editorial y producir libros que cumplan con dos objetivos: la calidad de la edición, convirtiendo al libro en arte objeto sin ser artesanal, y ofrecerlo a un precio bajo, mucho más que cualquier libro de la misma calidad en diseño e impresión. Muestra de estos presupuestos es nuestro primer libro “Luego, tal vez, seguir andando”.

Ahora Río Arriba decide cambiar de rumbo para afrontar las difíciles condiciones que existen para todo proyecto editorial independiente: la falta de apoyos e ingresos que permitan la subsistencia frente a los gigantes del mercado. Bajo esas desventajas evidentes que llevan a la inanición y a la desbandada de los integrantes, cuando no a la subsistencia raquítica, Río Arriba se constituirá en una unión de trabajadores de la edición y de la producción cultural; una empresa responsable y que se regirá por su asamblea, donde todos tendrán el mismo poder de decisión como socios.

La cooperativa que Río Arriba constituirá en los próximos meses demostrará que la unión de trabajadores es un esquema válido para conformar empresas equitativas y exitosas que son capaces de otorgar a sus agremiados todas las prestaciones de la ley, así como repartir su riqueza con justicia.

Ejemplos de empresas cooperativas exitosas son Cruz Azul y Pascual, las cuales tuvieron que soportar los ataques brutales del capital privado y del gobierno, que se han declarado, en diversos momentos de la historia mexicana, como enemigos de las organizaciones de este tipo, pues resultan en un riesgo de contagio.

En 1976 el gobierno tuvo que infiltrar gente en la cooperativa Excélsior para expulsar a su directiva y acallar para siempre a un diario sumamente crítico, que se había consolidados como el más influyente e independiente de toda la hispanidad.

Por todas las razones expuestas hemos decidido constituirnos en un grupo de trabajadores que desean vivir dignamente de su oficio de forma independiente, sin seguir las reglas del gran capital que sólo conducen, tarde o temprano, a someterse a los intereses del capital.

Río Arriba será una empresa cooperativa productora de bienes culturales para la comunidad.

 

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