martes, 15 de noviembre de 2011

Tres poemas sobre muerte (fragmento)

I

Te escribo un latido en las entrañas de la forma más primitiva que te puedas imaginar, con la taquicardia abstracta de los tiempos antiguos. Las venas exhibidas en el museo cristalino de tu piel son un lenguaje cuneiforme que nadie más que yo puede descifrar.

He descubierto (pero nadie más lo sabe) que horizontal eres un pergamino antiguo: de tus cabellos a tus pies está narrada la historia de la vida o de la muerte (según el tiempo en que se lea) y es preciso leerte en Braille.

La sabiduría del alma es la menos notoria entre todas las sabidurías porque no hay autores de renombre qué citar cuando hablo de tu corazón y tu partida. En las reuniones de tinte ocre-y también en las de medio tinte: las mediocres- no hay aplauso cuando narro lo que en tu piel hallé encriptado.

(Eres el misterio incomprendido: cuando estuve a punto de desentrañarte se derrumbó el altar que te erigió la vida alrededor del alma)

Y porque el amor y la muerte son empíricos e irrepetibles no es posible una cita al margen o un rezo al cadalso; al pie (tus pies) no caben notas, sólo el corazón en duelo y un llanto de añoranza.

Edgar Ortega


David Rosales

1 comentario:

Davidtree dijo...

Gracias por el espacio, deseo que su trabajo y el mio se difundan como el oxigeno...