viernes, 28 de septiembre de 2012

VALS DEL VENADO


Foto: Patricia G. Lara
Sabe de antemano que su afición no es bailar, pero ella insiste, sabe que caerá pero… a quién le importa.

-No, la mano va en la cintura- ella lo sabe, pues la señorita Bradshaw se lo ha dicho.

Necesita suelo firme, pues la polka debería sonar ya, sucede que la fiesta entre ellos y el cielo no ha terminado, sabe que caerá, pero…  a él no le importa.

-Improvisación- ahora lo hace bien, su mano está en el lugar correcto.

El sonido de la marimba no es lo suyo, pero ha adoptado el ritmo valsístico que él ama.

-No más que a ti-, susurra a la dama, que por cierto, ya está suspendida en el aire, sabe que caerá, pero a ella no le importa.

Y comienza aquella danza demencial, casi bestial, entre dos cuerpos en el cielo.

Pues todos sabemos, que ellos no son bien recibidos en piso firme.

Han trazado ya su propio horizonte, no necesita ser analizado.

Cada paso ha roto estrellas, pero no les importa. La oscuridad es un miedo que no les aterra del todo.

Y las personas abajo, gritan sin saber qué pasa, pues el cielo llora sangre.

-Ha terminado la pieza-, le dice.

No es grotesco que sepan que el vestido está desecho, que la han roto, y que no necesita de su ayuda.

Y él… prefiere encontrar una estrella, pues el venado ha sido muy fácil de cazar.

He adelantado el reloj. Y la zapatilla está en su lugar.

-Esperaré-.
 
 
 
Ytzel Maya
 
Estudiante de letras hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, a veces pintora, a veces escritora; enamorada de las mujeres, amante de los hombres. En este momento tomando cursos de creación literaria en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia (CCLXV). Trastornos alimenticios y esas cosas van con ella.
 

No hay comentarios: